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FlixOlé recuerda a la centenaria Aurora Bautista con una colección y dos estrenos

 


El 15 de octubre, se cumplieron cien años del nacimiento de Aurora Bautista, una de las actrices clásicas más imponentes del cine español. Una efeméride con la que FlixOlé reivindica su filmografía y lanza una colección con sus películas más emblemáticas, entre las que sobresalen Locura de amor (Juan de Orduña, 1948), su debut en la gran pantalla; La tía Tula (Miguel Picazo, 1964), considerado como el gran papel de su carrera, o Condenados (1953), bajo las órdenes del cineasta de culto Manuel Mur Oti. Además, la plataforma estrena dos títulos de su etapa de madurez: Los pasajeros (José Antonio Barrero, 1975), una atípica cinta de terror junto a Paul Naschy, y la adaptación de la obra de Valle-Inclán Divinas palabras (José Luis García Sánchez, 1987), la cual protagonizó junto a Ana Belén y Francisco Rabal.


Sin tener experiencia en el mundo del cine, y con sólo 23 años, Aurora Bautista debutó en la gran pantalla con Locura de amor, en la que interpretaba a Juana la Loca; una cinta de carácter histórico — el género más popular en nuestro país en aquel tiempo — de la compañía CIFESA que estaba dirigida por Juan de Orduña. Todos estos elementos eran sinónimo de éxito total en España, y Bautista consiguió por su papel el premio a mejor actriz principal en las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos. A partir de ese momento, una carrera brillante en el cine español. Su romance profesional con CIFESA y Juan de Orduña se alargó dos películas más: Pequeñeces Agustina de Aragón, ambas estrenadas en 1950. Su admiración por Manuel Mur Oti — había quedado fascinada con Cielo negro — le llevó a protagonizar Condenados (1953) para después embarcarse en proyectos como La gata (Margarita Alexandre, Rafael Torrecilla, 1956) o Teresa de Jesús (1961), en la que volvió a ponerse a las órdenes de Juan de Orduña. Pero aún estaba por llegar el gran papel de su carrera, el que ella misma siempre reconoció como su preferido: en La tía Tula (1964), de Miguel Picazo, cambió el registro que siempre la había caracterizado para interpretar a una mujer de personalidad, pero también frágil y reprimida ante el deseo.


Durante los siguientes años trabajó en producciones en México e Italia, para volver a mediados de los 70 en películas como Una vela para el diablo, de Eugenio Martín, o Los pasajeros (José Antonio Barrero, 1975), un extraño film de terror junto a Paul Naschy. Tras un periodo de inactividad en la gran pantalla, volvió en películas de relevancia en nuestro cine como Extramuros (1985), de nuevo bajo la dirección de Miguel Picazo; Divinas palabras (José Luis García Sánchez, 1987) o la inolvidable comedia Amanece, que no es poco (José Luis Cuerda, 1989). En estos dos últimos títulos incorporó a su registro una vis cómica que posteriormente desarrolló en Hermana, ¿pero qué has hecho? (Pedro Masó, 1995) y Adiós con el corazón (José Luis García Sánchez, 1997). Tiovivo c.1950, de José Luis Garci, fue su último papel; junto a ella estaban más de 60 intérpretes que completaron el reparto de la película, muchos de ellos leyendas del cine español. No pudo terminar mejor acompañada.

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