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El Nido y Rodrigo Cuevas lanzan single conjunto: "TUCUCU"

 


Tras un disco tan celebrado como "Refugios a cielo abierto" y su relectura "Todo aire", los incombustibles el nido se alían con el no menos inquieto Rodrigo Cuevas en "TUCUCU". Burgaleses y asturiano nos regalan la primera canción del post-verano, todo un canto hedonista que rescata el baile tal y como se entendía en aquellas verbenas tan añoradas de las plazas de nuestros pueblos. 


Era la colaboración que todos esperábamos a gritos. Los burgaleses el nido han unido arte y pasión por el folclore con Rodrigo Cuevas para regalarnos "TUCUCU".

Puro ligoteo: se seguían en redes, se escuchaban y tenían ganas de coincidir artística y personalmente. Así pues, compuesta desde cero por ambos proyectos, "TUCUCU" es llamamiento al desenfreno y el disfrute por el disfrute, por el juntarnos y vernos y sentirnos y tocarnos y experimentarnos en sociedad desde la alegría misma. A no tener miedo a entender la música como algo que puede existir únicamente en esta faceta con esa función puramente social y hedonista.


Claro y contundente, en "TUCUCU" permea un mensaje: Castilla es infinitamente más que pueblos vacíos y despoblación: “Aquí sigue habiendo muchísima vida. Castilla en sí y sus tradiciones son un absoluto fiestón.” Así que ojo, porque si pecas de no estar al loro de lo que pasa en Castilla porque solo sabes mirar hacia donde mira todo el mundo, ¡te lo vas a perder!

"TUCUCU" toma la metáfora de un baile de plaza vacío para retomar la idea de “el Baile” de plaza de pueblo. “Nos interesaba mucho rescatar esa manera de entender los bailes y verbenas como se ha hecho siempre en las plazas de los pueblos, como un evento social puramente hedonista, que partía de la creación colectiva de gente juntándose para cantar y tocar, y que esto en sí mismo tenía una función social importantísima.

Ya Rodrigo ha comentado en muchas ocasiones en entrevistas, y es una reflexión que comparten los burgaleses, que el folklore siempre ha sido algo que se hace y punto, que nunca ha tenido un componente intelectual o mercantilista, como puede tener ahora la música hecha para fiesta. Y eso le da un sabor muy especial al crear y al disfrutar y bailar con jotascharroscorridos o ajechaos.

La canción ha nacido entre montañas en la casa de Cuevas, en un retiro creativo que desde luego dio sus frutos. Los cinco componentes de el nido concuerdan en decirnos que “Rodrigo es una persona fascinante que nos acogió con los brazos abiertos y de manera súper hospitalaria en su casa para poder estar tranquilos sacando ideas, poniéndolas sobre la mesa, y pudiendo crear a partir de ellas conjuntamente entre montañas, tonadas y sidras.” Nos cuentan, “Estuvimos jugando y trasteando con diferentes ritmos, y nos dimos cuenta que tanto Rodrigo como nosotros queríamos hacer algo que fuera una absoluta fiesta.

El videoclip, es más castellano que el leísmo.  | Foto: Jaime Carazo.

¡Y lo que es conseguir una creación conjunta manteniendo la identidad de ambos proyectos! Según nos cuentan, todos los sonidos de la canción, con la única excepción de los sintetizadores, están grabados golpeando cosas y con un micrófono pegado a ellas“Nos encanta de descubrir y redescubrir las sonoridades acústicas de los instrumentos y de los utensilios cotidianos, más que usar samples o sonidos sintetizados, que es una de las partes que más nos fascina de cómo ha funcionado siempre el folclore.”


Gran parte de culpa del resultado de la canción es de Hevi, productor del tema. Hevi ha sido productor de grandes proyectos como Grande AmoreNovedades Carminha o Caamaño&Ameixeiras. Su capacidad para sintetizar canciones divertidas y pensadas para la fiesta y e baile, sumado a su cuidado por las sonoridades acústicas y la experimentación casi obsesiva con las sonoridades poco convencionales de los instrumentos (los bombos son ni más ni menos que cojines de leopardo) lo hacían perfecto para este matrimonio Burgos-Asturias.

La tradición y la modernidad, siempre presentes en cualquier trabajo de El Nido o de Rodrigo Cuevas | Fotos: Jaime Carazo


Finalmente, el videoclip viene firmado por la productora gallega LaBellavista, y dirigido por Juan Barbazán y Sergio Goce. No eran principiantes en creación de productos audiovisuales en los que se pone muy de relieve el contexto rural y sus problemáticas, siempre desde su punto de vista particular y lenguaje moderno.


El videoclip nos sitúa en el entorno rural de la provincia de Burgos, donde las calles se van llenando de una marabunta que pronto se lanza a la celebración, en un fiestón digno de cualquier verano castellano.

El choque de realidades entre de lo tradicional y lo moderno es parte intrínseca del lenguaje de la pieza. La plaza la llenan gentes de varios de los grupos de danzas y folclore de Burgos, “el alma y motor de la música, baile y vestimenta tradicional de nuestra ciudad”, apunta Cachorro, de El Nido, “es una alegría que en Burgos el folclore esté tan bien cuidado y que haya tantísima gente muy joven que sigue haciendo de la jota, las ruedas y los agudillos su modo de pasar tiempo con sus amigos”. Además, una de las escenas icónicas del videoclip encontramos un inquietante ser que parece querernos hacer mal, ni más ni menos que uno de los trajes del mítico carnaval de Mecerreyes (Burgos).


La intención era mostrar la provincia de Burgos desde el jolgorio, “transmitir la felicidad que se va a encontrar cualquiera que se pase por aquí. Se grabó este mismo verano en Villaquirán de los Infantes, Pampliega, Castrojeriz y Mahamud, todos en la región del Arlanza de la provincia de Burgos. Para ello han contado con la colaboración de la Diputación de Burgos.


Un punto a destacar del videoclip es el trabajo estético y de vestuario. Beatriz Martínez (responsable de estilismo de el nido) y Marina Varela (directora de arte y estilismo) han pretendido reflejar una estética plenamente fresca, pero también costumbrista en las texturas y patronajes. Muy entroncada en las tendencias actuales. Como este "TUCUCU".


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