El Centro Dramático Nacional inaugura temporada teatral con la producción internacional This Is Not an Embassy (Made in Taiwan), con concepto y dirección de Stefan Kaegi y dramaturgia de Szu-Ni Wen. El montaje aborda en escena la compleja situación geopolítica de la isla de Taiwán cuya soberanía como estado independiente se cuestiona habiendo perdido casi toda su representación diplomática oficial. En la actualidad es solamente reconocida oficialmente como país por 12 naciones.
En palabras del director Stefan Kaegi, «el teatro es el lugar de la representación. En el teatro nos identificamos y empatizamos con protagonistas que defienden algo más grande que ellos mismos. ¿Y si el teatro construyera la muestra de un país que parece a la vez una versión antigua y futurista de China, un reflejo precomunista y postotalitario de ella? ¿Y si el teatro organizara la representación temporal y nómada de este territorio que, aunque no pudiera existir oficialmente como nación, existiera sin embargo en escena en cada representación?»
Origen y argumento
Bajo el sello Rimini Protokoll, Stefan Kaegi coproduce obras en la que, mediante la investigación, audiciones públicas y procesos conceptuales, da voz a «expertos» sin formación actoral, pero con cosas que contar.
Durante una residencia artística en Taipéi, Stefan Kaegi se reunió con numerosos artistas, industriales y diplomáticos para pintar un retrato de Taiwán como un territorio ignorado por la gran mayoría de la ciudadanía. Según explica Stefan Kaegi, «China ha dejado claro una y otra vez en la escena internacional que, en su opinión, Taiwán no es un país independiente y que bajo ninguna circunstancia debería ser considerado como tal, ni siquiera representado como tal en un mapa. Aunque Taiwán tiene muchos amigos y socios comerciales internacionales, nadie puede darse el lujo de enemistarse con China, la segunda economía más grande del mundo. Por lo tanto, Taiwán es solo la parte más visible de un dilema global».
A través de las historias de personas reales como Chiayo Kuo, una activista digital, David Chienkuo Wu, un ex diplomático y Debby Szu-Ya Wang, una música y heredera de una empresa de té de burbujas, se cuentan distintos puntos de vista sobre la situación de Taiwán a través de modelos, simulaciones y proyecciones de vídeo. Juntos crean el sueño de una embajada efímera, donde la ficción teatral se entrelaza con la historia cultural y política de esta región poco conocida, actuando como un espejo de nuestras democracias europeas.
En este sentido Stefan Kaegi afirma: «Como portavoces de un territorio, pueden contar mejor su historia al público, la historia de un territorio a la vez lejano y cercano, tan parecido y tan diferente, donde se pueden explorar formas de practicar la democracia, en un contexto de herencias múltiples y étnicamente diversas».
Videoescena
Para esta nueva producción, Stefan Kaegi vuelve a su pasión por el vídeo en directo que ya exploró en una de sus primeras obras, Mnemopark, en la que invitó a aficionados a los trenes de juguete a rodar en Suiza una película en directo de una maqueta a escala 1:87.
Junto con el videoartista Mikko Gaestel, Stefan Kaegi y el escenógrafo Dominic Huber construyen modelos arquitectónicos transformables en edificios complejos. Utilizando estas maquetas como plató de cine en miniatura, antiguos y futuros embajadores de Taiwán, jóvenes y mayores, simulan la fundación de una embajada prohibida. A ello contribuye la iluminación de Pierre-Nicolas Moulin y la música de Polina Lapkovskaja (Pollyester), Debby Szu-Ya Wang y Heiko Tubbesing.
Como esta pequeña embajada está situada en el país donde tiene lugar la representación, en Madrid la relación económica y política de España con China y Taiwán también pasa a formar parte de esta miniatura de película en directo.
This Is Not an Embassy (Made in Taiwan) podrá verse en Madrid, entre el 20 y el 22 de septiembre, en el Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional.