Eldred Gregory Peck nació el 5 de abril de 1916 en La Jolla, California. Sus padres se divorciaron cuando él solo tenía cinco años y el pequeño se crio al lado de su abuela, una mujer que le llevaba al cine todas las semanas. Gracias a este hábito nació su vocación de actor. Durante unos años dejó California y se marchó a la Costa Este, a Nueva York. Allí se matriculó en la escuela de Martha Graham, una pionera de la danza moderna. “Estudié con ella no para aprender a bailar sino para saber moverme en el escenario. Pasé tres horas a la semana en su clase durante dos años. Su mirada era directa y penetrante, pero muy cálida”, recuerda el actor en el documental. En 1942 debutó en los escenarios de Broadway y un año después ya estaba en Hollywood rodando su primera película, Días de gloria, dirigida por Jacques Tourneur, un film que narra la resistencia soviética frente a la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
“Actuando en una película tras otra, Gregory Peck tuvo la oportunidad de desarrollar su técnica actoral, su voz profunda, su sonrisa triste y su actitud elegante", se narra en el documental. A lo largo de su carrera trabajó a las órdenes de los mejores directores de Hollywood, como Alfred Hitchcock, con el que no se llevó precisamente bien durante los rodajes de Recuerda y El proceso Paradine, según se cuenta en el film que estrena TCM. También rodó con realizadores como William Wyler, Raoul Walsh o Robert Mulligan, que le dirigió en Matar a un ruiseñor, en la que el actor interpretó al que fue el personaje favorito de toda su carrera, el abogado Atticus Finch, papel por el que ganó su único Oscar. Con Vincente Minnelli filmó Mi desconfiada esposa, con King Vidor El vengador sin piedad, con Elia Kazan La barrera invisible y con Henry King El pistolero.
Gregory Peck interpretó casi siempre a personajes que encarnaban virtudes sencillas y nobles, seres que tenían profundas convicciones éticas y morales. Un crítico de cine escribió en una ocasión que el público se identificaba inmediatamente con los personajes que interpretaba porque llevaba dentro lo mejor de todos nosotros. De hecho, los papeles de malo son una excepción a lo largo de su carrera, aunque sean tan recordados como el del Capitán Ahab en Moby Dick, el del médico nazi Josef Mengele en Los niños del Brasil o el de Lewt McCanles en la inolvidable Duelo al sol.
En Gregory Peck, el gran actor se habla también de su romance con Ingrid Bergman, de su divorcio con su primera mujer, Greta Kukkonen, con la que tuvo 3 hijos y de cómo una periodista francesa, Veronique Passani, se convirtió en su segunda esposa y madre de otros dos hijos. También se recuerda uno de los momentos más amargos de su vida: el suicidio de su hijo Jonathan cuando tenía 30 años.
Se repasa asimismo su trabajo al lado de actrices como Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma. En el documental, el hijo de la actriz, Sean Hepburn Ferrer, cuenta cómo Gregory Peck insistió para que el nombre de Audrey Hepburn, que era una debutante, figurase en el cartel de la película al lado del nombre del actor, por entonces ya una estrella consagrada.
El día 12 de junio volveremos a ver, en definitiva, a ese actor “alto, moreno y guapo”, como muchas veces se le describía. “La suerte solo te llega cuando empiezas”, afirma el actor en el mencionado documental. “Es más difícil llegar a lo más alto y mantenerse ahí”, dice. Algo que él consiguió a lo largo de su carrera. 20 años han pasado desde su muerte y todavía, y durante mucho tiempo, le recordaremos como uno de los más grandes del cine.