“Un Oscar para Óscar” es un homenaje al divertimento y el absurdo de Miguel Mihura y su icónica Tres sombreros de copa – no por casualidad comparten protagonista femenina con el mismo nombre–, pero donde en algún momento el espíritu de Luis García Berlanga ha tomado las riendas. Si durante su primera mitad el ritmo y el tono se asemejan al vodevil más clásico y a la comedia de enredo más desatada –bonita paradoja, ¿verdad? –, en la segunda los personajes alcanzan tal grado de mezquindad, compasión, desprecio y ternura, cóctel clave de todo lo español, que el despiporre que se sucede ante los ojos del espectador no puede calificarse sino de berlanguiano. Esta doble personalidad se da también en nuestros cuatro personajes, pues todos desean ser otra persona, o lo fingen (que es una manera de soñar despierto), ya sea de cara a la galería o para sí mismos, cambiándose de nombre y hasta de cara. Todos tenemos sueños que queremos alcanzar, pero durante el trayecto para conseguirlos quizá dejemos de ser la misma persona que ambicionó aquello que perseguimos. Entonces, ¿de quién es el sueño? Ningún lugar mejor para intentar responder a esta pregunta que allá donde los sueños se hacen realidad: Hollywood. Escrita durante lo más arduo del confinamiento, cuando más necesitaba(mos) soñar y reír, presentar al espectador a Óscar, Pauline, Irene y Guillermo es, éste sí, un sueño hecho realidad, que son los únicos que merecen la pena ser compartidos. Como la risa. Divertirnos juntos y soñar juntos, ése sí es un Oscar por el que merece la pena vivir.
El director ganador de cero premios Óscar, Mario Hernández
SINOPSIS
Estamos en la ciudad de Los Ángeles, el día que se celebra la ceremonia de los Premios de la Academia, los Oscar; concretamente, en un modesto motel a las afueras de la ciudad, en la habitación que servirá de escenario único, y donde a través de una cristalera se ve, a lo lejos, el gigantesco cartel de Hollywood.
Aquí llegan Óscar Manzano, un joven director cuyo cortometraje ha sido nominado a los premios, acompañado, ni siquiera él sabe muy bien por qué, por el ministro de Cultura Guillermo Barrientos, y la ministra de Hacienda Irene Navarro. Entre continuos rifirrafes de los dos políticos, que no se soportan, y a pocas horas de empezar la ceremonia, se presenta en la habitación de Óscar la joven Pauline, una “escort girl”, contratada a escondidas por Guillermo para que finja ser la novia de Óscar durante la gala y la alfombra roja...
Este imposible grupo de cuatro vivirá la noche más loca de sus vidas en ese aislado motel, encontrándose y desencontrándose en algo que nos une a todos: nuestros sueños y todo lo que perdemos en el camino a conseguirlos.