Ángel del Castillo es nieto de pastor, carpintero y amas de sus respectivas casas. Todas las raíces provenientes de un pequeño pueblo llamado Ablanque, en el centro del país, más concretamente en el parque natural del Alto Tajo, Guadalajara. Ablanque tiene un río, el Ablanquejo que nace en la fuente blanca y de ahí Ángel tomó la idea para abrir su casa rural La Casa Blanca, que regenta desde hace 12 años.
Ángel era un niño inquieto y con una fantasía desbordante, así que su madre pensó que sería buena idea apuntarle al conservatorio de su ciudad natal (Guadalajara) para que canalizara esa creatividad. Y no se equivocó porque acabó titulándose como compositor, lo que le llevó a componer su primer antiópera Antifrida, que estrenó con éxito en Madrid. Ángel y su curiosidad fueron juntos por más de 100 países, siempre viajando solo con una mochila y una Canon. Pero no se quedó más que temporalmente en Moscú y México. Porque decidió que donde quería establecerse y desarrollar su vida era en uno de los pequeños pueblos de la famosa España Vaciada. Pero claro, ¿qué le faltaba a su pueblo y a su Casa Blanca para desarrollar su verdadera pasión? ¡Un antiteatro de antiópera! Y llegó la pandemia, y con ella el tiempo de reflexión. Fue entonces cuando vio claro que era el momento de hablar con los albañiles del pueblo, que también estaban confinados pero podían trabajar y comenzar a reformar una nave que utilizaba para guardar trastos y leña. Y así llegamos a diciembre, al inminente estreno de su segunda antiópera Antimedea con sus cantantes/musas Pilar Moráguez y Guillermina Gallardo. Un antiteatro porque todavía no está abierto físicamente al público, sino que solo retransmite por streaming.
Y antiópera porque es ópera con nuevas tecnologías (instrumentaciones midi y electrónicas, ensayos virtuales por zoom, estreno por streaming).
Este nuevo concepto hace posible que la alta cultura pueda desembarcar en un pueblo minúsculo y alzar la voz al mundo, con un potentísimo mensaje en su actualizada y renovada Medea. Una Medea española que cruza el Mediterráneo hasta Italia con su criada paraguaya. Haciendo coincidir el estreno con la llegada del invierno y con la histórica conjunción de Júpiter con Saturno.
Tiene pinta de que algo muy interesante a nivel artístico se está cociendo entre árboles y ríos y no entre el asfalto de las capitales y los teatros nacionales.
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