La niña que salvó a los libros, una obra ilustrada de la artista Lisa Aisato y el dramaturgo Klaus Hagerup, llega a las librerías de nuestro país después de cosechar u n gran éxito en Noruega y haber vendido los derechos de traducción a 23 lenguas, siendo no sólo una hermosa pieza de narrativa visual, con una poesía que se sucede del texto a las imágenes y de las imágenes al texto, sino también una suerte de voz que pausada advierte al lector de algo que es fácil intuir pero no nominar: que la literatura es un artefacto prodigioso donde transformar la vida.
Anna tiene casi 10 años y es una lectora sensible y ávida, y también una niña que no quiere hacerse mayor, no quiere envejecer, no quiere morir. Con esa conciencia prematura de la muerte, se agarra a los libros como forma de aprehender el tiempo con cuidado de su lado: si en un libro un personaje muere, ella puede volver a comenzar la lectura y encontrarlo de nuevo con vida.
Esta historia comienza en la biblioteca, el lugar favorito de Anna. Monsen, el bibliotecario, se ha convertido en uno de sus mejores amigos, y sus tardes transcurren entre la calidez de los libros. Un día, algo detonará el que será el increíble viaje de Anna contra el olvido de los libros.