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'Curvy', el monólogo de Eva Cabezas que se ríe de la gordofobia


 La actriz y humorista Eva Cabezas presenta en el Teatro del Barrio una obra que incluye sus últimos textos, monólogos grabados en Comedy Central y material inédito y actualizado. Todo el contenido está directamente relacionado con el tema estético, el sobrepeso y el día a día de alguien que desborda los estándares de una sociedad cada vez más superficial y consumista. Hasta el 15 de junio estará en cartel de este teatro.


¿En qué momento decidiste pasar a la acción con este monólogo? Curvy nace de un momento cercano al cabreo en el que no entiendo por qué mi condición física se pone en el ojo del huracán de la crítica constante. De repente, el sobrepeso ha empezado a utilizarse mucho como arma de marketing. En el terreno de la moda, la estética, alimentación… Hay temita para rato aquí. De repente dejaron de hacer tallas “de todo tipo” para llamarle a la talla más grande “talla especial”. Se generó una falta de tallaje y moda durante un par de años para después lanzar marcas de tallas grandes… y entonces dejaron de llamarse especiales. ¡Ver cómo se orquesta todo esto alrededor de tu físico hace que te replantees qué está pasando! Y en el fondo no me refiero solo al sobrepeso, Curvy de algún modo conecta con todo aquello que se sale de lo estipulado como “normal”, y “normal”, evidentemente lo pongo entre comillas. Porque, ¿cuáles son los parámetros de la normalidad? ¿Y porque la “normalidad” es lo correcto, estético, bello y saludable? 


 


¿Cómo se está recibiendo en una sociedad patriarcal el aumento de mujeres en los guiones y los monólogos? El público en general lo está recibiendo bien, de hecho lo agradece mucho. El feedback que recibo es estupendo. Además, hay varias encuestas que certifican que la mayoría de las personas que compran entradas para ir a los teatros y consumen cultura son mujeres. En cuanto al tema del guion, es muy interesante, porque desde que hay mujeres en equipos de guion de programas de entretenimiento y series de televisión se empieza a ver algo diferente en pantalla, referentes más cercanos a la realidad, menos estereotipados. Y, en general,  se intuye una revisión de contenidos, y eso está genial. Lo realmente interesante es que los equipos de guion de cualquier tipo de producción se empiecen a construir de una manera paritaria, porque la industria lo que hace en un primer momento es generar productos con el sello de “mujer”; es decir, la palabra “mujer” se convierte en el elemento principal de venta: “vendo mujeres o para mujeres”. Eso para mí no es lo ideal. Eso no es inclusión, no es igualdad, es mercantilización. Esto es un temazo interesante también. 


 


¿Qué tiene el monólogo que hace su humor diferente de otros canales? Por un lado, es un formato muy práctico. Desde el punto de vista de la pasta, es económico y ágil, porque no es lo mismo mover a una compañía entera de teatro, con su escenografía, que a una persona con un micro, y eso evidentemente quiere decir menos pasta. Por otro lado, es un género que rompe continuamente la cuarta pared con el público, de modo que la información y el contenido que el cómico lanza llega de manera directa y sin filtro al público. No hay florituras. El lenguaje que se utiliza es un lenguaje sencillo, de la calle, del día a día. Eso también lo hace muy cercano. La línea del personaje que interpreta el monólogo es tan orgánica que se puede llegar a difuminar, y ahí es donde se hace la magia. Tiene una puesta en escena cercana, contenido de actualidad, una línea clara de opinión. Y todo ello, desde la verdad y el dolor. Infalible. Te gustará o no, pero la receta está bastante clavada.

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