Sílvia Pérez Cruz desarrolló su interés por las artes no solamente en la escuela de música sino también en la escuela de arte de su madre, Alartis (Espai de creació). En ese lugar se daba espacio, recursos y libertad, y convivían varias disciplinas artísticas al mismo tiempo: Sílvia recuerda, por ejemplo, que en las clases de su madre los niños tenían que pintar con chocolate lo que ella tocaba con el saxo, o a su madre tocando la guitarra mientras daba clases de dibujo. De este modo es más fácil entender que, aunque su lenguaje natural y su pasión es la música, Sílvia siente gran interés por el arte y siempre ha propiciado encuentros con otros artistas, para sumar y entender cómo cuenta una misma realidad cada lenguaje artístico.
Este proyecto consiste en ir presentando canciones que Sílvia ha compuesto en colaboración con otras artes, otros artistas: teatro, cine, danza, pintura, fotografía, poesía. Ejemplos recientes (todos de 2018) de estos trabajos se encuentran en la película La noche de 12 años (Álvaro Brechner); la música original creada para el espectáculo Grito Pelao junto a la bailarina Rocío Molina o sus composiciones para la obra de teatro Cyrano interpretada por Lluís Homar.
Celebrando este diálogo interdisciplinar y con la intención de dar unidad al proyecto se ha buscado también la relación con la fotografía, realizando una serie de fotos que servirán de portadas específicas para cada una de las canciones. Sílvia puso además su rostro al servicio del maquillaje artístico: en cada una de estas portadas su cara recibe tratamiento de lienzo y el resultado está inspirado directamente por las músicas que ilustran en cada caso.
“(…) En el teatro los personajes de un drama
se caracterizan por el hecho de ser
intelectual y moralmente iguales
a los espectadores, una condición
que el actor no debe olvidar nunca (…)”
Jaume Melendres. La dirección de los actores. Diccionario mínimo.
(Madrid, Asociación de directores de escena de España, 2000)